Gran número de viviendas, con contratos de suministro firmados hace décadas, se quedan con un suministro eléctrico que no les permite ni poner una lavadora. En muchos de estos casos, tras los trámites necesarios para la ampliación de potencia con la misma compañía eléctrica que realiza el cambio de contador, esta lo deniega por cuestiones técnicas.
Los vecinos afectados, en su inmensa mayoría de avanzada edad, no pueden comprender como de la noche a la mañana la compañía los deja sin potencia suficiente para mantener su vida cotidiana. Los contratos firmados por estas personas treinta y cuarenta años atrás nunca fueron actualizados, sirviendo ahora de referencia para la limitación de potencia de los nuevos contadores.
Este cambio se realiza sin analizar con los usuarios los posibles inconvenientes que se van a generar, sin ofrecer alternativas que no produzcan un perjuicio para los usuarios. En este caso Iberdrola, distribuidora del suministro en la zona, se limita a cambiar los contadores sin previo aviso, dejando a muchas personas sin la posibilidad de poder refrescar sus casas en estos días de fuerte calor.
Tras la sustitución, cuando los usuarios toman conciencia del problema al quedar sin suministro eléctrico suficiente, se dirigen a un instalador que les informa de la necesidad de ampliar potencia eléctrica y actualizar su contrato de suministro. Tramite este que se podría realizar antes de la sustitución del contador si la compañía eléctrica avisara adecuadamente.
En muchos casos, y especialmente en las zonas rurales, la solicitud de ampliación de potencia es denegada por la distribuidora alegando problemas técnicos. Se niega a los usuarios, que llevan décadas pagando a la compañía por el suministro, una ampliación a la potencia real que estaban consumiendo, por el simple cambio del equipo de medida, hecho este que pone de manifiesto que no existen tales problemas técnicos.